yon jimenez

¿Cuál es la fórmula para Ser Feliz?

Cuando yo era un niño, mi madre, quien era ama de casa, nos dejaba ver la televisión después de terminar nuestras tareas, bueno nos dejaba ver lo que ella veía (telenovelas), era claro que debíamos aprovechar porque cuando mi padre estaba con nosotros, era él quien decidía cual programa veríamos (noticieros o fútbol).

Con las telenovelas, aprendí que una pareja debía encarar un sin número de tropiezos que ponían a prueba la fuerza de su amor y todos sabemos muy bien las tragedias que hacen parte de una telenovela.  Yo lo tengo que admitir, me encantaban las telenovelas y con ansias esperaba los finales idílicos cargados de amor, eso sí, después de saber que castigo recibía el antagonista de la historia, porque al final el malo tenía que pagar.

No me pregunten como, pero en la imagen de amor ideal que creó en mi mente, el amor que debía ponerse a prueba sorteando difíciles y dolorosas situaciones, era el amor ideal. De igual manera, concebí otra idea que vine a entender con el paso de los años, para ser feliz, necesitaba estar en una relación sentimental.

Si lo pudiera expresar como una fórmula matemática que mi mente había creado entonces sería algo así como:

 

Tener Pareja = Ser Feliz

Teniendo en cuenta que:

 Tener Pareja  = D + S 

Donde

D = Discusiones y Problemas.

S = Sufrimientos y Sacrificios.

Entonces tendríamos que,

D + S = Ser Feliz

Por años, la formula trabajó perfectamente, y es que adicionalmente, la función era perfectamente conmutativa.  Sin embargo, con el paso de los años, mi formula sufrió una leve modificación e incluí un nuevo factor, el factor (HA) y la formula quedó definida así:

D + S + (HA) ^ n = Ser Feliz

Donde 

HA = Hacer el amor con mi pareja.

 Y es que a verdad no puedo recordar porque pensaba que a mayor número de momentos de intimidad, mayor seria el grado de enamoramiento.

La realidad era que al final parecía que todos los factores estuviesen multiplicados por cero. No importaba lo que hiciera, lo que diera, o lo que sufriera, siempre terminaba solo, triste y con el corazón destrozado, y lo describo de esa forma porque adicionalmente, yo siempre debía ser la víctima, claro está, listo para el nuevo romance, porque sin pareja como pretender ser feliz.

Después de muchos desaciertos y de una larga relación que obviamente terminó mal, en la cual no solamente perdí a mi pareja, sino que también perdí hasta mis enseres, y es que me dolió tanto que además de abandonarme, se me hubieran llevado el televisor nuevo. Me dije: “esto del amor no es para mí” y si no fuera porque ya estaba bien entrado en años, quizá sería un monje enclaustrado, porque lo admito, lo pensé.

Obviamente, el tiempo pasó y me empecé a desesperar, mi mente me recordaba todo el tiempo (Tener Pareja = Ser Feliz), y es que además el celibato también me iba volviendo loco.  En fin, fueron suficientes dos nuevos intentos para darme cuenta que la historia se repetía.  Entonces, decidí parar y en una noche de soledad y extremo aburrimiento, vino a mi mente una pregunta que fue esencial para mi “¿Por qué mi triste historia de amor siempre se repite?”.

Pase días pensando, recordaba con detalle todas la relaciones que había tenido y al comienzo me respondía, no es tu culpa, tú has sido siempre la víctima.  Pero con tiempo y con honestidad, entendí que muchas de esas malas experiencias, yo mismo las había buscado, y es que básicamente, siempre buscaba el mismo patrón de relación sentimental.

De repente, otra pregunta llegó “¿Y si no consigo pareja entonces no voy a ser feliz?”. Al comienzo me decía a mí mismo: “no, sin pareja nunca vas a ser feliz”, pero de nuevo, el tiempo que todo lo sana, me mostró que debía vivir, que debía esforzarme, y que debía ver la felicidad en todo lo que me rodeaba, mi familia, mis amigos, mis pasatiempos, y en mí mismo.

Para ser honesto, al principio pensé que tenía los cables cruzados, pero en realidad, me descargue de la presión y de la dependencia de una relación sentimental como único sinónimo de felicidad.  Poco a poco empecé a disfrutar todo, incluso de la misma soledad.  Y un día, sin pensarlo, y sin esperarlo, una nueva relación floreció.  Al comienzo tenía mucho miedo, no quería repetir el mismo papelón, y me dije “con calma, si es para ti, todo se dará” y con muchísimo esfuerzo, así lo hice, me permití conocer a mi pareja, permití que me conocieran, y le perdí el miedo al amor.

Finalmente entendí que la relaciones humanas no son perfectas, son humanas, y que lo importante es disfrutar la compañía y el abrazo de quien te ama, y que tener una pareja, sin lugar a dudas, es un gran complemento de la felicidad, pero no es la única forma de felicidad que tenemos, y que para construir, compartir, y fortalecer una buena relación, somos los dos los que debemos aportar nuestra felicidad.

Al final la formula desapareció, al final, entendí que para ser feliz no hay una formula absoluta o única, lo que si debe existir es una plena y profunda intención de ser feliz.

«Cuando encuentras el amor sientes paz y tranquilidad, si no sientes esa paz, entonces el sentimiento no es verdadero amor y su resultado no será un final feliz» (Saman y la Gran Montaña).

 

 

**Fuente foto  http://allwomenstalk.com (2017)**