¿Sabias Qué Este Nuevo Año Que Comienza Es El Inicio De Una Nueva Década?
Este año que termina, en mi concepto personal, ha sido uno de los años más interesantes y vibrantes de las dos últimas décadas en nuestra historia como humanidad. Inevitablemente, la vida pasa muy rápido y como si fuese un suspiro de tiempo, recuerdo que muchos de nosotros esperábamos expectantes el cambio de milenio, y con él, el profetizado fin del mundo que algunos fallidamente anunciaron. Lo cierto es que el 2000 llegó, y mucha de esa euforia y expectativa colectiva que nos traía un nuevo siglo, se desvanecieron un año después con la caída de las torres gemelas en Nueva York.
Después del lamentable 11 de septiembre del 2001, y es que lo ocurrido no ameritaba para menos, una densa niebla de temor generalizado nos envolvió, y en cierta forma, nos paralizó, dejando a nuestra humanidad sumergida en un profundo miedo a que algo peor pudiera suceder. Por un largo periodo de tiempo, estuvimos taciturnos, y de una u otra forma, nos acostumbramos al vacío discurso de la lucha contra el terrorismo como la única estrategia que nuestros líderes y gobernantes nos podrían ofrecer.
Adicionalmente, algunos años después, el auge de las redes sociales cambió nuestros mundos individuales radicalmente. Dejamos a un lado la necesidad de vernos, de sentirnos, de abrazarnos, y esa increíble experiencia de brindar y recibir calor humano fue sofocada por los fríos y monótonos me gusta. La búsqueda extenuante del amor verdadero fue aliviada gracias a las populares aplicaciones “apps” de citas, en donde, las fotos vistiendo prendas sugestivas tienen mayor importancia que el encanto personal de cada ser humano. Y aquellos, quienes contaban con el tiempo y la personalidad sufriente para ser o decir cualquier tontería en un video, pasaron a ser los influenciadores de las nuevas generaciones.
Lo cierto es que, por casi veinte años, nuestras voces estuvieron silenciadas, y es que gracias a que nuestra capacidad de discernimiento se limitaba a la simple pantalla de un celular, no nos percatamos que nuestro mundo se transformaba y que ese cambio no era para nuestro beneficio. Con inocencia pensamos que compartir toda nuestra información nos hacía felices, pero lo cierto es que los dueños de las redes sociales ganaban astronómicas sumas de dinero gracias a nuestros datos personales. Dejamos que nuestros líderes y gobernantes encantados por la atractiva y rentable globalización regalaran nuestros recursos naturales a caníbales capitalistas. No advertimos que los corruptos acaparaban y enviaban el dinero que nos pertenecía a paraísos fiscales. Y hasta permitimos que la industria del entretenimiento nos dijera que solo aquellos que eran delgados, altos, de caras atractivas y fotogénicas, eran los únicos que podrían considerarse talentosos.
Sin embargo, hubo algo que ni los discursos baratos de políticos pudieron ocultar, ni las películas de super héroes pudieron salvar, ni las Kardashian pudieron distraer, y ni el reguetón con sus letras reforzadas logró cantar. Muchos lo trataron de omitir, pero claramente no pudieron ocultar más nuestra realidad. Realidad que, por fin, pareciera pudo salir a flote en el 2019, y que, gracias a esto, muchas voces se han alzado y se están levantando, exigiendo el cambio que nuestro mundo necesita irremediablemente.
Aunque desafortunadamente, en algunos casos, el clamor de una transformación social y política se ha transmutado en brotes de violencia. Con toda franqueza debo reconocer que me resulta muy conmovedor y llamativo, en muchas marchas pacíficas, ver a millones de niños, niñas y adolescentes, clamando por acciones contundentes que nos aseguren un mejor futuro socioeconómico y un mundo sostenible en el que todos podamos habitar. Quizás este 2019 que esta por acabar, nos trajo esa luz que tanto nos hacía falta. El camino por recorrer quizás es muy largo y extenuante, pero como raza humana debemos emprender un viaje sin retorno que nos permita centrarnos en los más importante y no en los más rentable. Entendiendo que las nuevas tecnologías son para nuestro beneficio y no para vivir bajo el uso de ellas.
Como ven, nuestro mundo cambió inmensamente en estos últimos veinte años, y por supuesto el mío también. En estas dos décadas deje ser un ingeniero que atendía a usuarios en un call center en 1999, y ahora estoy aquí, escribiendo este articulo y soñando con el momento en que las historias que escribo lleguen a cientos de personas, y que quizás, estas ayuden a generar ese cambio que como sociedad requerimos si deseamos organizar este mundo que, a fin de cuentas, es nuestro único hogar.
Quiero desde lo más profundo de mi corazón desearle a todos unas felices fiestas y que el próximo año este lleno de mucho amor, salud, prosperidad y cambios positivos para cada uno de ustedes.
Asimismo, quiero sinceramente agradecerles a todos aquellos que durante el 2019 leyeron mis blogs, y a quienes que con sus palabras me animaron y me motivaron a continuar con esto que tanto me gusta, escribir.