
Sin que me diese cuenta, han pasado más de seis meses desde la última vez que publique mi último blog. Es que además de las carreras del día a día, he descubierto que este sueño de vivir de mis creaciones artísticas es un camino que tiene muchos altibajos, especialmente aquellos de tipo económico. Pensar en vivir del arte, independientemente, del tipo de disciplina por la que uno se incline, es un largo viaje que lo obliga a uno a generar ingresos alternativos para auto patrocinarse hasta que la diosa fortuna golpee nuestra puerta. En otras palabras, ser un escritor no reconocido, es un noble pasatiempo que implica gastar algo de dinero para ver nuestra inspiración transformada un libro impreso. Desafortunadamente, en muchas ocasiones ese sueño se va desvaneciendo ya sea por la falta de tiempo o la escasez de recursos monetarios.
En mi caso y con la idea de generar esos ingresos necesarios para promover mi arte, me dedique a trabajar. Sin pensar que darle una pausa a la escritura me pudiese afectar, descubrí que cuando se nos permite acariciar la piel y oler el dulce aroma que emite aquello que nos apasiona y no podemos dedicarnos a ello, de una u otra forma, la vida nos condena a un amor sin el que es muy difícil vivir. Siempre estará presente ese vacío y tristeza que se asemeja al que es generado por la ausencia de quien uno espera vuelva a entrelazarse en nuestros brazos. Determinado a no sufrir tal tipo de desamor, me propuse reencontrarme con las letras y buscar la forma de que la diosa fortuna llegase a la puerta de mi casa.
Buscando en el ciberespacio encontré un sin numero de cursos y métodos que prometen lograr que uno pase de ser un narrador de historias desconocido a un escritor exitoso. Me dejé deslumbrar por las promesas de un éxito seguro y decidí inscribirme en uno de aquellos programas. Con complicadas estrategias que prometen poner a nuestro favor los algoritmos de búsqueda de internet, algo que aún no logro entender del todo bien. Lo cierto es que para lograr que el algoritmo trabaje para mí, lo esencial es crear escritos que se ajusten efectivamente a las meta-descripciones y a las palabras claves de larga cola que me harían mas visible en la red informática.
Como marinero a la deriva, no dejaba de pensar que lo único que quería era contar mis historias, pero la otra parte de mí me decía que debía seguir los consejos del curso porque estos me asegurarían el triunfo literario. Tomé la decisión de intentarlo y me senté a escribir palabras que sedujeran al algoritmo; sin embargo, no me salían las ideas, mi mente no creaba y, lo peor, la página seguía en blanco. Aunque lo intenté, poco a poco, la ansiedad y el estrés volvieron a aparecer. Me costaba trabajo sentarme frente al computador y tratar de escribir algo que no me salía del corazón. No obstante, mi cerebro me repetía que así nunca alcanzaría el éxito.
Por semanas evité crear un nuevo archivo en Word, me cuestioné por qué quería escribir, cual era mi REAL PROPOSITO. ¿Ser Famoso? ¿Ser reconocido? ¿Ganar Dinero? Tratando de ser los más honesto que pude conmigo mismo, entendí que escribo porque me gusta, me libera, calma mi mente y me permite expresar lo que mis labios no se atreven a decir. Pero entonces surgió una nueva duda ¿Si no puedo escribir me dejare llevar por la zozobra de no hacer lo que me apasiona? Y entendí que ese tampoco era mi propósito y que hacer lo que nos gusta deja de ser un hermoso cuando se vuelve una obligación, la magia se pierde y se corre el riesgo de terminar sintiendo un vacío aun mayor al de alejarnos de nuestra pasión, o como sucede en muchas ocasiones, con fama y reconocimiento, pero sin satisfacción.
Entonces aquí estoy escribiendo de lo que se escribir, de mis vivencias, mis historias, mi vida, mis sueños y de lo que he aprendido en este recorrido. Quizá de alguna forma deba sacarle algo de fruto al curso que tomé y escriba sobre mis experiencias en este camino de la literatura, pero quiero hacerlo tratando de mantener ese lado real del que pocos hablan, donde la sombra del fracaso, las inseguridades, la falta de autoestima, la falta de motivación, entre otras cosas, nos alejan de lo que queremos hacer. Y lo hago motivado por que a un mundo en el que solo pareciese tener cabida para los exitosos, se le ha olvidado que detrás del éxito o la desilusión existe alguien con sentimientos y sueños que, al fin y al cabo, lo único que desea es ser feliz y para eso no es necesario ser un escritor, actor, pintor, escultor, cinematógrafo, medico, ejecutivo o deportista, al contrario, tan solo, se requiere es SER HUMANO.
Photo by: https://sp.depositphotos.com/