¿Por qué detallar el mundo ficticio de tu libro?

Cuando decidí que quería escribir libros de fantasía o ciencia ficción, en una de las cosas que menos prestaba atención era en la construcción de los mundos o reinos ficticios en los que se desarrollaría la historia. Como escritor novato, consideraba que lo más importante era el narrar secuencias de acción que atraparan al lector y lo mantuviesen enganchado hasta el final.  Sin embargo, con la experiencia, las incontables revisiones y los acertados comentarios de algunos expertos, entendí que hay dos aspectos muy importantes en la historia que deben ser definidos antes de llenar cientos de páginas en blanco, y estos son: la definición del mundo interior y exterior de los personajes.

En cuanto al mundo interior de los personajes, como lo dice Robert McKee: “No hay nadie que conozca mejor a los persones de una historia que su mismo escritor” Y en ese aspecto, lo relevante es entender que los protagonistas o coprotagonistas, así sean ficticios, son seres que poseen, entre otros, creencias, anhelos y emociones. Y en ese orden de ideas, ellos van respondiendo a las situaciones en la que se ven envueltos, positiva o negativamente, dependiendo de sus características individuales, pero este es un tema tan amplio que merece ser tratado en otro blog. 

Por otra parte, la definición del mundo exterior, que es el que nos atañe, permite darle un entorno social, geográfico y físico a las situaciones o secuencias en las que se desarrolla la historia.  Como escritor, en muchas ocasiones, subestimé la necesidad de definir, en detalle, los mundos o reinos ficticios en los que se desenvolvían mis libros, pero fue con el tiempo que entendí que esa determinación nos permitirá darle al libro una mayor credibilidad.

Para entender mejor a lo que me refiero y por citar un ejemplo, imaginemos que Frodo y su amigo Sam, en “El señor de los Anillos” de J. R. R. Tolkien, para llegar hasta el Orodruin (montaña en la que debería ser destruido el anillo), hubiesen caminado entre verdes y placidos campos, llenos de árboles frutales y límpidos riachuelos, en lugar de, atravesar las áridas extensiones de Mordor.  Lo anterior habría cambiado el hilo de la historia, la emoción y la expectativa que puede generar, en el lector, cada prueba que los personajes deben superar.  Vale la pena recordar que una odisea por tierras desérticas, como lo mencionaba el Viaje del Héroe, puede simbolizar un duro obstáculo que le permitirá al protagonista de nuestra historia, un crecimiento y desarrollo interior que le hará tomar una mejor decisión al momento de enfrentarse a la batalla final.

Así mismo, que sentido podría tener en la historia de Ali Babá y los cuarenta ladrones si él hubiese entrado en la cueva vistiendo unos lentes de visión nocturna para haber descubierto, más rápido, el tesoro escondido. Sin embargo, y si se quisiera darle contexto al tema de las gafas para caminar en la oscuridad, mejor, su escritor hubiese escrito que un extraterrestre se le apareció y le entregó los anteojos esperando recibir parte del oro.

En muchas ocasiones el escritor hace un gran esfuerzo en asignar nombres extraños, casi impronunciables, a los reinos ficticios en los que se desarrolla su historia, y describir mundos fantásticos en los que seres alados vuelan entre montañas flotantes, mientras que mojan sus alas en inagotables cascadas de agua cristalina. En ese caso, el autor debe tener muy claro por qué los acontecimientos trascurren en tan ilusorio lugar y que aporte le dará a la historia.

Por último, si el mundo exterior de la historia trascurre en el pasado, sería importante realizar una investigación en cuanto a las características sociales, económicas, geográficas y políticas de aquella época.  Para el lector no tendría ningún sentido que un personaje como Marthy McFly llegase al lejano oeste vistiendo tenis con los que puede volar, a menos que sea contextualizado que él es un personaje que viene del futuro, como ocurre en la muy famosa película “Volver al Futuro parte III”.

Para resumir, el definir, con detalle, el mundo exterior en el que se desarrollara la historia de un libro le permite al autor contextualizar cada una de las escenas y situaciones que afrontan los personajes de una forma más profesional y creíble, así se trate de una historia de fantasía. Aunque no todos los detalles de esos reinos ficticios aparezcan relatados en la novela, el tenerlo claro será una excelente guía para el escritor y, en muchos casos, un recurso de inspiración cuando se presentan los bloqueos creativos.

Deja un comentario